La artrosis es una enfermedad degenerativa de las articulaciones que se caracteriza por el desgaste del cartílago articular, el tejido que amortigua los huesos en las articulaciones. Este desgaste progresivo provoca dolor, rigidez y limitación del movimiento.
Son muchas las personas que padecen esta patología. Por ello, nuestro traumatólogo en Pontevedra, el Dr. Pablo Subirán, le informará sobre los síntomas más comunes para que pueda detectarla a tiempo y proceder con el tratamiento correspondiente.
¿Cuáles son las causas de la artrosis?
Las razones exactas que se encuentran detrás de la artrosis no siempre son claras. No obstante, existen ciertos factores que multiplican las posibilidades de sufrirla:
- Edad. La artrosis es más común a medida que envejecemos.
- Sobrepeso. El exceso de peso ejerce una mayor presión sobre las articulaciones, acelerando el desgaste del cartílago.
- Lesiones previas. Las lesiones articulares, como esguinces o fracturas, suelen aumentar el riesgo de desarrollar artrosis.
- Genética. La predisposición genética juega un papel importante en algunos casos.
- Uso excesivo de las articulaciones. Actividades repetitivas o trabajos que implican un esfuerzo físico constante pueden acelerar el desgaste articular.
¿Cómo saber si tengo artrosis?
Los síntomas de la artrosis pueden variar en intensidad y afectar a cualquier articulación, aunque las más comunes son las rodillas, las caderas, las manos y la columna vertebral. Los síntomas más frecuentes incluyen:
- Dolor. El dolor articular es el síntoma más característico y suele empeorar con la actividad física.
- Rigidez. Es relativamente habitual la rigidez matutina o después de periodos de inactividad.
- Hinchazón. La inflamación de la articulación puede causar hinchazón y enrojecimiento.
- Crepitación. Un sonido crujiente o rechinante al mover la articulación.
- Limitación del movimiento. La pérdida de cartílago restringe el rango de movimiento de la articulación.
Tratamiento efectivo para combatir la artrosis
El tratamiento de la artrosis tiene como objetivo aliviar el dolor, mejorar la función articular y retardar la progresión de la enfermedad. Las opciones terapéuticas en este ámbito incluyen:
- Fármacos. Los analgésicos, antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) y otros medicamentos ayudan a controlar el dolor y la inflamación.
- Fisioterapia. Mediante una serie de ejercicios específicos se consigue fortalecer los músculos alrededor de la articulación, mejorar la flexibilidad y mitigar el dolor.
- Terapias complementarias. La acupuntura, el masaje y otras terapias complementarias proporcionan alivio adicional.
- Ayudas técnicas. El uso de bastones, muletas o férulas puede ayudar a reducir la carga sobre la articulación afectada.
- Inyecciones. Está demostrado que las inyecciones de ácido hialurónico o corticosteroides palían el dolor y mejorar la función articular.
- Cirugía. En los casos más graves, será necesaria cirugía para reemplazar la articulación dañada (prótesis articular).
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En nuestra clínica de traumatología en Pontevedra ofrecemos un enfoque integral para el tratamiento de la artrosis. El Dr. Subirán le recomendará el tratamiento más adecuado para sus necesidades individuales.
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